Luego de más de 10 años de letargo ocasionados por la siesta populista, el sector de las energías renovables argentino necesita recuperar el tiempo perdido.
Para el desarrollo de este tipo de proyectos es necesario un contexto de estabilidad política y económica y podríamos decir, recurriendo a la jerga futbolística, que Argentina está “preparando la cancha para jugar el partido”.
El próximo viernes 22 de abril el país se apresta a cancelar la deuda con los acreedores que no ingresaron en los canjes de 2005 y 2010, y así dejar atrás un default que se extendió durante casi 15 años.
La otra pata de la mesa es el decreto 531 de 30 de marzo de este año que establece mecanismos para lograr los objetivos de 8% en 2017 y de 20% en 2025 (contemplados en la ley 27.191) de generación de energía eléctrica a través de fuentes renovables.
Haciendo un flashback podemos inferir que, para alcanzar objetivos tan ambiciosos, la velocidad será trepidante:
En el año 2006 se fijó, como objetivo para el año 2016, que la Argentina alcanzaría un 8% de generación de energía eléctrica a través de fuentes renovables.
Los números indican que en lo que va de 2016 apenas se superó el 2%.
O sea, se alcanzó poco más del 25% del objetivo planteado.
Y como ya ha ocurrido en el sector de las energías renovables de otras latitudes, cuando hay prisas quienes tomen la iniciativa se llevarán el pato al agua.
El decreto 531:
* Crea el fondo fiduciario de U$D 820 millones “Fondo para el Desarrollo de las Energías Renovables” (Foder).
* Establece los mecanismos de compra (contratación particular, autogeneración o cogeneración o participación en un mecanismo de compras conjuntas) para usuarios con demandas de potencia iguales o mayores a 300 kW; que deberán cubrir como mínimo el 8% del consumo total de energía eléctrica a partir de fuentes renovables para el 31 de diciembre de 2017.
* Contempla la posibilidad de que haya cupos por tecnologías en las licitaciones (el precio «podrá ser establecido» en dólares estadounidenses).
* Establece condiciones más favorables para proyectos con mayor componente nacional y se prevén instrumentos para favorecer la producción local de componentes.
Sopelia desarrolla actividad en el sector solar argentino desde 2011 con su local partner Puerto Hueche S.R.L.. El Ingeniero Nahuel Rull comenta:
“Podrán acceder al “RÉGIMEN DE FOMENTO DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES” las personas físicas domiciliadas en la REPÚBLICA ARGENTINA y las personas jurídicas constituidas en la REPÚBLICA ARGENTINA que sean titulares de proyectos de inversión de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables”.
“La empresa brinda los siguientes servicios:
– Presentación ante la Autoridad de Aplicación de la documentación necesaria para obtener el Certificado de Inclusión en el “RÉGIMEN DE FOMENTO DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES” y la asignación de los beneficios promocionales
– Contratación individual de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables
– Gestión de proyectos de autogeneración y cogeneración de energía solar
– Gestión de compras conjuntas de energía eléctrica renovable ante el ente designado por la Autoridad de Aplicación
– Asesoramiento a inversores y soporte a EPCs extranjeras.”
Para los propietarios de campos o terrenos no inundables localizados en el norte argentino que tengan una pendiente máxima del 5% se presenta una atractiva oportunidad de negocio: la energía solar fotovoltaica. También para los propietarios de grandes tejados o cubiertas de esa misma región.
Para los inversores que deseen aumentar su portfolio de proyectos de energías renovables, éste es el momento de centrar su atención en Argentina.
Para los usuarios con demandas de potencia iguales o mayores a 300 kW comenzó la cuenta regresiva: tienen 20 meses para consumir, como mínimo el 8% de su consumo total de energía eléctrica, a partir de fuentes renovables.
Ya sonó el pistoletazo de salida.