La energía solar fotovoltaica en Brasil ha dado pasos importantes en el autoabastecimiento y balance neto.
La generación distribuida está introduciéndose en el país con más facilidad que las instalaciones a gran escala.
Se está apostando por un modelo de generación de plantas de pequeña y mediana potencia y autoconsumo, para hogares y empresas.
Esta es una excelente noticia.
En 2012 se aprobaron normas destinadas a reducir barreras para la instalación de generación distribuida de pequeña potencia para microgeneración (hasta 100 kW) y minigeneración (100 kW a 1 MW).
Desde su publicación en 2012 hasta marzo de 2015, se instalaron 534 sistemas (500 fotovoltaicos, 19 eólicos, 10 híbridos solar /eólica, 4 de biogás y 1 hidráulico).
A finales de 2015 el gobierno lanzó el programa ProGD que contempla exenciones impositivas y líneas de crédito especiales. Con él espera alcanzar 23.5 GW de instalaciones, la mayoría de fotovoltaica, para 2030.
Para alcanzar este objetivo, antes deben reducirse las barreras a la conexión a red, armonizar las normas del sistema de compensación de potencia con los términos de la oferta, aumentar el público objetivo y lograr mejoras en la aplicación de la norma.
El gobierno ha anunciado una reducción del impuesto ICMS (Imposto sobre Circulação de Mercadorias), que grava 18% promedio a la importación y es uno de los más altos del mundo.
También ha anunciado en 2016 la exención del Impuesto de Productos Industriales (IPI) para componentes fotovoltaicos que no se producen localmente.
Estas tasas e impuestos sumados a la Certificación Inmetro (Instituto Nacional de Metrología, Normalización y Calidad Industrial) y a la Tasa Suplementaria ISS, que retienen las municipalidades sobre los servicios no gravados por el ICMS (2% al 5%) representan una importante barrera para el desarrollo de la fotovoltaica en Brasil.
Fuentes del sector indican que hoy importar los insumos para producir energía solar en Brasil, significa soportar una carga fiscal entre el 60% y el 405%.
La oportunidad para la energía solar fotovoltaica a gran escala ha llegado con la participación, por primera vez, en la subasta de energía A-5 en diciembre de 2013 y la subasta realizada en el estado de Pernambuco ese mismo año.
Las plantas Fontes Solar I y II con 11 MW en Tacaratu, Pernambuco, se suman al parque eólico Fontes dos Ventos, de 80 MW, para formar un complejo híbrido solar-eólico de 91 MW; el primero en su tipo en el país.
Ambos proyectos solares tienen un acuerdo de compra de energía (PPA) a 20 años y forman el mayor parque fotovoltaico en operación en el país.
En el curso de la 1ª Leilão de energía de Reserva 2015, promovida por el Gobierno Federal Brasileño, han sido adjudicados 1,043 GWp. a 30 proyectos fotovoltaicos que movilizarán una inversión de más de U$D 1.187 millones.
El precio medio final contratado de 83,3271 U$D/MWh implica un descuento del 13,5% respecto del precio inicial y un gran éxito, alcanzando uno de los precios más bajos del mundo.
Los proyectos adjudicados se ubicarán en los estados da Bahia, Piauí, Paraíba, Minas Gerais y Tocantins. Son contratos de compra-venta de energía con una duración de 20 años, válidos a partir de 1º de agosto de 2017.
El último plan fotovoltaico del gobierno establece un objetivo para 2024 de 7 GW en grandes instalaciones y de 1.32 GW en generación distribuida, duplicando sus planes previos para 2023.
En 2015 comenzó a operar en Valinhos la primera fábrica de paneles solares de Brasil con una capacidad anual de producción de 580.000 paneles.
Se pretende implementar una nueva línea de producción en 2016 para la fabricación de hasta 1 millón de paneles al año.