El hecho de haber comenzado más tarde en Latinoamérica que en otras regiones el desarrollo de proyectos renovables a gran escala, le brinda la posibilidad de adoptar políticas que han obtenido buenos resultados en otras regiones.
Contrariamente a lo que algunos puedan pensar el caso de España es, en muchos aspectos, un ejemplo de lo que no debería hacerse.
El país solo cuenta con recursos energéticos autóctonos renovables y una irrelevante reserva de carbón.
España fue líder mundial en el sector renovables y se creó en el país un importante tejido industrial, profesional y de servicios.
Lamentablemente, ese desarrollo no fue genuino ni fruto de una planificación energética sino el resultado de una costumbre muy arraigada en la idiosincrasia española: “el pelotazo”.
Producido el desmadre, el sentido común indicaba aplicar gradualismo y planificar a largo plazo para por lo menos preservar todo ese know how adquirido.
El gobierno hizo todo lo contrario.
Se cargó la seguridad jurídica modificando la regulación del sector y colocó a España en el podio de los países con más denuncias ante el CIADI.
Decretó una moratoria renovable, que ya lleva 7 años, provocando la desaparición de pequeñas y medianas empresas.
Solamente sobrevivieron las grandes empresas con capacidad para desarrollar actividad fuera de sus fronteras.
En los últimos 5 años no se ha instalado 1 solo MW renovable.
En 2016 el gobierno se ha dado cuenta de que muy probablemente no llegue a cumplir con los compromisos europeos asumidos respecto de participación de renovables en su matriz energética.
La reacción ha sido presentar un borrador de subasta (hecho público el pasado 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes) que demuestra, una vez más, la inexistencia de planificación en materia energética.
En el proyecto de subasta:
* Se propone un modelo Marginalista en el que el precio adjudicado más caro ofertado, fija el de las adjudicaciones anteriores.
Esto propicia la aparición de los listos de turno que presentarán pujas temerarias para ser adjudicados y cobrar el precio más caro ofertado.
Este criterio va a contramano del PAB (pay as bid), adoptado en todas las subastas internacionales que han obtenido buenos resultados.
* Se propone un Precio Variable Indeterminado, fenómeno paranormal matemático que refleja el intervencionismo del Estado en la actividad privada y el total desconocimiento del funcionamiento de las tecnologías renovables por parte de quienes han elaborado el borrador y la normativa sancionada en 2014 que le da sustento.
Este criterio también va a contramano del Precio de Costo Fijo por kWh ofertado, adoptado en todas las subastas internacionales que han obtenido buenos resultados.
* Se adopta un criterio Tecnológicamente Neutral en lugar de subastar cupos para cada tecnología renovable.
Esto es muy peligroso porque deja fuera a tecnologías más jóvenes que ahora son menos rentables que otras, pero que podrían ser más rentables en el futuro; como es el caso de la termosolar en la que España es líder mundial.
También va a contramano del criterio de Tecnológicamente Específica, adoptado en todas las subastas internacionales que han obtenido buenos resultados con el fin de propiciar la diversificación de la matriz energética renovable y el desarrollo de varias tecnologías.
* No hay discriminación por tamaños. No se reserva una parte de la cantidad subastada para plantas menores de 10 MW.
* No se exige Precalificación y no es necesario que existan proyectos reales.
Es una propuesta absurda y sin lógica que convierte a las renovables en un producto financiero y no en una herramienta de política energética que promueva el empleo y el desarrollo tecnológico e industrial.
Favorece a los macro proyectos y profundiza la concentración del sector energético.
A nivel internacional se está produciendo en las subastas una concentración por precios bajos, con la consecuente creación de una posición dominante en pocos actores, que a largo plazo diluirá las ventajas de los precios bajos de corto plazo.
Seguramente la subasta salga adelante prácticamente sin cambios y se adjudiquen los 3000 MW porque después de 7 años sin negocios hay real desesperación en el sector.
Sin embargo, que la subasta sea un éxito no significa que todos los proyectos vayan a concretarse ni es garantía de que se cumplan los objetivos asumidos.
El cóctel explosivo de Precio Variable Indeterminado, inseguridad jurídica, enorme inversión inicial, elevado apalancamiento financiero y rentabilidades incluso por debajo del 4% es muy peligroso.
Si explota, quién pagará los platos rotos de este acto irresponsable ? Conocemos la respuesta. La ciudadanía española ya tuvo que “rescatar” a la banca e “indemnizar” a las energéticas.
La opción de ir por fuera de subastas no es viable porque en España no existe legislación que incentive ni permita conectividad para fijar PPAs entre privados, sino “Impuesto al Sol”.
La paridad de red de las energías renovables ya es una realidad en los países desarrollados y en algunos en vías de desarrollo.
Si se hubieran retirado las ayudas y subvenciones que reciben los combustibles fósiles se habría dado mucho antes.
Si consideramos a las subastas como la única herramienta para incrementar la participación de las renovables estaremos manteniendo un paradigma de matriz energética obsoleto y cometiendo un gravísimo error.
La matriz energética del futuro se basa en 3 pilares:
1) Eficiencia energética
2) Energías renovables
3) Generación distribuida
La senda de la revolución energética y el empoderamiento ciudadano pasa por el desarrollo de la figura del prosumidor y del cooperativismo energético.
La vía de la concentración y de la centralización implica solo cambiar fósiles por renovables para mantener el «statu quo» en beneficio de los de siempre, que seguirán actuando como organismo de recaudación en connivencia con el poder político de turno.
Energía solar donde quiera que estés con Sopelia.