Para evaluar el potencial solar de la región vamos a exponer antes algunas variables macro.
Latinoamérica agrupa a Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Tiene 22.222.000 km2 de superficie (aproximadamente el 13,5% de la superficie emergida del planeta) y más de 600 millones de habitantes.
La región presenta una notoria diversidad política y económica y es inestable por el continuo cambio de enfoque en las políticas monetarias.
En la actualidad, en Latinoamérica se reconocen 3 tipos de sistemas económicos.
Los capitalistas, con economías abiertas que se basan en el libre mercado y en tratados de libre comercio. Entre estos países se encuentran Perú, Chile, México, Colombia, Panamá y Costa Rica.
Los países que, si bien sostienen una estructura de apertura al mundo, son claramente proteccionistas; con una economía social de mercado o economía mixta. Entre estos países se encuentran Argentina, Uruguay, Brasil, Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Finalmente están los países que sostienen economías cerradas, con muy poca relación de libre mercado y con clara tendencia al modelo marxista. Este es el caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Las economías de mayor tamaño según su PIB son Brasil, México, Argentina, Colombia y Venezuela.
Mientras que las economías más desarrolladas en términos de PIB per cápita son Chile, Argentina y Uruguay.
Ahora analicemos el recurso solar disponible en la región.
La energía solar está uniformemente distribuida, ya que gran parte de la región se encuentra dentro de la denominada región ‘‘Cinturón del Sol“ de más alta radiación solar. Con la excepción de sitios específicos se trata de un recurso previsible y confiable.
¿Cuál es la principal ventaja de la energía solar respecto de otras energías renovables?
Que tiene un mayor grado de integración al entorno urbano.
Las instalaciones en azoteas aprovechan superficie ociosa para generar energía limpia. El país que concentre sus esfuerzos en el desarrollo de este tipo de instalaciones tendrá la llave de su soberanía energética y la de sus habitantes.
Otro factor importante es que las instalaciones solares ya pueden ser realizadas por mano de obra local, reduciendo la dependencia tecnológica hacia los desarrolladores y proveedores de equipos (la mayoría fabrica fuera de la región). Esto hace que no se vincule la venta de los equipos con la instalación, puesta en marcha, operación y mantenimiento; como ocurre en el caso de otras energías renovables.
Con algunos de los mejores recursos solares del mundo, América Latina tiene su gran oportunidad.
Algunas razones para ser optimistas:
1. Buenos niveles de radiación solar en la región
2. Tendencia sostenida a la baja en los precios de los componentes de sistemas solares
3. Tecnología con alto potencial de generación de empleo local
4. Aumento de la conciencia ambiental ciudadana
5. Conveniencia para muchos países de reducir la dependencia del petróleo y sus derivados
6. Voluntad política que se evidencia en los gobiernos de algunos países de la región
Y algunos temas pendientes:
1- Inversión en infraestructuras de redes de transmisión modernas interconectadas y equipos de medición bidireccional
2- Mayor mercado financiero para respaldar con préstamos a largo plazo el desarrollo de la tecnología solar
3- Inestabilidad económica e Inseguridad jurídica en algunos países de la región
En las próximas entregas vamos a analizar la situación de las aplicaciones domésticas de energía solar térmica y fotovoltaica en la región.