En Chile la energía entendida como negocio ha provocado que la solar térmica para aplicaciones domésticas no sea subvencionada, manteniendo el apoyo a los hidrocarburos.
Es más fácil impulsar el alza de precios en las tarifas eléctricas residenciales, que no pueden acceder a contratos directos y se ven sometidas al sistema pool de generación con intermediarios.
El presupuesto 2014 dejó afuera los subsidios de infraestructura solar para viviendas sociales, a pesar de que se planteó la necesidad de prorrogar la Ley 20.365 y que esto fuese incluido en el presupuesto.
Como la ley no fue prorrogada, unos 2 millones de chilenos se quedaron sin la posibilidad de contar con agua caliente gratis en sus viviendas y la industria solar térmica volvió a fojas 0 después de un gran auge.
La Ley 20.365 buscaba crear un mercado natural que hiciera innecesario el subsidio tras 5 años, pero como sólo duró 2 años, no cumplió con ese objetivo.
El pasado martes 12 de enero de 2016 el proyecto que extiende la ley 20.365 y crea un subsidio directo para sistemas solares térmicos en viviendas sociales superó su último trámite en las dos cámaras del Congreso. Ahora sólo falta que la ley sea publicada en el Diario Oficial para que entre en vigencia.
Para la industria solar térmica ha sido demasiado extenso el tiempo de espera de esta ley.
Se diluirán nuevamente los efectos de esta extensión si no se adoptan políticas permanentes a favor de mantener los incentivos a la energía solar térmica por parte de particulares y empresas.
No solamente es importante el desarrollo de la energía solar térmica en el sector residencial. La minería de cobre, lácteos, vinos, hormigón, panaderías, aserraderos y papeleras presentan también oportunidades de incorporación de energía solar térmica.
La mayoría de industrias identificadas con potencial para incorporar energía solar térmica se encuentran en la RM, por la concentración de plantas industriales.
Las oportunidades de implementación en la VIII región son escasas porque la energía solar térmica actualmente no es competitiva con el uso de biomasa, combustible abundante en esta región.
Existen razones de peso para fomentar el desarrollo de sistemas solares térmicos:
* Es clave para los inmuebles que quieran obtener el «Sello Energético para Viviendas»
* Se estima que en cada vivienda que se instale un equipo solar térmico se dejarán de producir 16 toneladas de CO2 durante su vida útil
* El desarrollo de capacidades y empresas y el desarrollo tecnológico del sector
* Cada peso que el estado invierte tiene una elevada rentabilidad social