El Sol es una estrella de tipo medio, su radio es de unos 700.000 km y su masa equivale a la que se obtendría juntando unos 300.000 planetas iguales a la Tierra.
Hace tan solo un siglo, se desconocía de qué manera el Sol podía producir una cantidad tan grande de energía como la que irradia hacia el espacio.
Todas las teorías planteadas llevaban a una misma conclusión: el Sol no podía tener una edad mayor de unos 20 millones de años. Si el Sol tuviera más edad, tendría que haberse enfriado.
Darwin planteó sus estudios sobre formación y erosión de rocas, y sobre la lentísima evolución de la vida. Para que sus teorías tuvieran sentido, necesitaba que la edad del Sol fuera mucho mayor; de al menos cientos de millones de años, o quizás de miles de millones de años.
Para poder dar una solución al problema, hubo que esperar hasta el descubrimiento de la radioactividad y la aceptación de la sorprendente idea de que la masa y la energía son en cierto modo intercambiables, de acuerdo con la ecuación de Einstein E=mc2
Sir Arthur Eddington fue el primero que evaluó todos los datos y se atrevió a conjeturar que la fusión nuclear, el proceso que crea elementos pesados a partir de la fusión de otros más ligeros, podría ser responsable de la gran producción de la energía del Sol.
Ahora sabemos que el Sol realmente quema hidrógeno, el gas más ligero del universo, y lo transforma en helio.
Un núcleo de hidrógeno (protón) del Sol debe esperar como promedio unos 5.000 millones de años para poder zambullirse en la fusión con otro núcleo de hidrógeno para formar deuterio. Si ocurriera más rápido, el Sol habría gastado todo su combustible hace mucho tiempo y nosotros no estaríamos aquí.
El segundo paso, en el que se produce helio-3 a partir de deuterio e hidrógeno, ocurre como promedio cada 1,4 segundos; y el último paso, la producción de helio, tarda 240.000 años. La energía liberada durante el proceso de fusión se convierte en fotones, es decir, en luz.
Un fotón inicia su viaje hacia la Tierra a la velocidad de la luz, pero inmediatamente después se encuentra con un electrón, que desvía al fotón incidente en una dirección aleatoria. Esto ocurre una y otra vez.
Un fotón tarda como promedio más de 20.000 años en recorrer los 695.000 kilómetros que hay desde el centro del Sol hasta la superficie solar, lo cual representa una velocidad de 4 metros por hora.
Después de este largo y errático viaje, el fotón recorre los restantes 149 millones de kilómetros hasta la Tierra a la velocidad habitual de la luz, y 8 minutos después llega por fin a su destino final.
Actualmente, el Sol quema 600 millones de toneladas de hidrógeno cada segundo, convirtiéndolo en 596 millones de toneladas de helio.
Los 4 millones de toneladas restantes se convierten totalmente en energía.
Si aplicamos la fórmula E=mc2 (donde E es la energía, m la masa, y c la velocidad de la luz), vemos que 4 millones de toneladas de materia equivalen a 100.000.000.000.000.000.000 Kilovatios-hora de energía.
Aproximadamente un millón de veces la cantidad total de energía que el mundo entero utiliza en un año.
El Sol libera toda esa energía cada segundo.
Creo que sería inteligente aprovecharla.
A vos qué te parece ?
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